Entre lágrimas y sollozos,
retazos de un no hice,
y vestigios de un haré,
vivo como un lobo,
aullando en cada luna,
por no morder, me quedo solo.
Estando en clase atento y quieto,
entre apuntes reprimido,
mis huevos piden ir al nido,
y sueñan ambos con lo bueno.
Profesora de pie muy honorable,
conmigo siempre tan amable,
su espalda quieta, pide inquieta,
un roce de mis manos,
un esbozo del deseo,
que ambos imaginamos.
Y es que hablo por no amar,
huyo por no besar,
y quiero que un abrazo
me llegue sin llegar.